11/06/2009

NUESTRO BOLETIN SEMANAL

¿Qué esperas de él? ¿Qué agregarías o dejarías de lado?
El Párroco con el Consejo esperan y confían en tus sugerencias.Aprovechamos para agradecerte tu aporte semanal en la colecta. Esto nos permite afrontar los gastos de luz, calefacción, mantenimiento y adquirir las Hojas del “Domingo”, con su valioso contenido de lecturas dominicales y comentarios para tenerlos luego en casa

ESTE DOMINGO 8: DÍA DEL ENFERMO

Aprovechemos para:
visitarlos y acercar una palabra de aliento y acompañarlos en su recuperación;
para rezar por ellos y con ellos; para participar de la santa misa que se celebrará en el Hospital Regional a las 10:30. El amor fraterno nos une y sana.Seamos solidarios con nuestros hermanos que sufren: sólo necesitan nuestro cariño y compañía

AGENDA DEL OBISPO

En esta semana participará de la 2ª Asamblea anual del Episcopado Argentino que reúne más de un centenar de Obispos y Arzobispos, tanto residenciales como auxiliares y eméritos. Lo harán en Pilar (Pcia. Bs. As.). Oremos por ellos.

DOS SACRAMENTOS:El sacerdocio Y el matrimonio

EL SACERDOCIO
No seas de los que dicen una cosa y hacen otra
Todos somos débiles, lo admito, pero el Señor ha puesto en nuestras manos los medios con que poder ayudar fácilmente, si queremos, esta debilidad. Algún sacerdote querría tener aquella integridad de vida que sabe se le demanda, querría ser continente y vivir una vida angélica, como exige su condición, pero no piensa en emplear los medios requeridos para ello: ayunar, orar, evitar el trato con los malos y las familiaridades dañinas y peligrosas. Algún otro se queja de que, cuando va a salmodiar o a celebrar la misa, al momento le acuden a la mente mil cosas que lo distraen de Dios; pero éste, antes de ir al coro o a celebrar la misa, ¿qué ha hecho en la sacristía, cómo se ha preparado, qué medios ha puesto en práctica para mantener la atención?
¿Quieres que te enseñe cómo irás progresando en la virtud y, si ya estuviste atento en el coro, cómo la próxima vez lo estarás más aún y tu culto será más agradable a Dios? Oye lo que voy a decirte. Si ya arde en ti el fuego del amor divino, por pequeño que éste sea, no lo saques fuera en seguida, no lo expongas al viento, mantén el fogón protegido para que no se enfríe y pierda el calor; esto es, aparta cuanto puedas las distracciones, conserva el recogimiento, evita las conversaciones inútiles. ¿Estás dedicado a la predicación y la enseñanza? Estudia y ocúpate en todo lo necesario para el recto ejercicio de este cargo; procura antes que todo predicar con tu vida y costumbres, no sea que, al ver que una cosa es lo que dices y otra lo que haces, se burlen de tus palabras meneando la cabeza. ¿Ejerces la cura de almas? No por ello olvides la cura de ti mismo, ni te entregues tan pródigamente a los demás que no quede para ti nada de ti mismo; porque es necesario, ciertamente, que te acuerdes de las almas a cuyo frente estás, pero no de manera que te olvides de ti. Sabedlo, hermanos, nada es tan necesario para los clérigos como la oración mental; ella debe preceder, acompañar y seguir nuestras acciones: Salmodiaré -dice el salmista- y entenderé. Si administras los sacramentos, hermano, medita lo que haces; si celebras la misa, medita lo que ofreces; si salmodias en el coro, medita a quién hablas y qué es lo que hablas; si diriges las almas, medita con qué sangre han sido lavadas, y así hacedlo todo con espíritu de caridad; así venceremos fácilmente las innumerables dificultades que inevitablemente experimentamos cada día (ya que esto forma parte de nuestra condición); así tendremos fuerzas para dar a luz a Cristo en nosotros y en los demás. Del sermón pronunciado por san Carlos Borromeo en el último sínodo (Acta Ecclesiae Mediolanensis, Milán 1599, 1177-1178)
EL MATRIMONIO
Revista On Line - Año IX - Nº 418 - Iglesia y Sociedad - Revista On Line del sitio Web de SAN PABLO
¿Crisis matrimonial o crisis existencial?
El matrimonio, como todas las instituciones sociales, atraviesa una gran crisis. Esto no es noticia, no tiene gusto a novedad, ni sabe a exclusivo. Simplemente pretendo echar una mirada sobre un aspecto que quizá se relaciona con la crisis y el desencanto generacional, con la mayoría de los aspectos vinculados al “ser” y “el hacer” en la posmodernidad. No se trata de entender la situación matrimonial como obsoleta o presentar un cambio en el seno de esta forma de vida. La situación existencial del hombre en busca de la felicidad y de un sentido encierra un gran abanico de posibilidades que, tal vez, el matrimonio empobrezca o entorpezca de acuerdo con los valores actuales. Sin querer definir o describir el matrimonio como una traba para la realización o un encerrado sistema, podríamos entender que, desde la perspectiva del hombre y la mujer de hoy, el replanteo existencial, ante la posibilidad de formar una pareja unida en matrimonio, exige una decisión pensada y tomada con mucha responsabilidad. Frente a la decisión fundamental de casarse, la persona sabe que muere a algo para nacer a una nueva etapa de proyectos comunes, renunciando a una cómoda vida solitaria para iniciar una vida común sobre la base del amor. El matrimonio cristiano, además, supone y requiere la fe de ambos. Cuando no haya pasión, cuando se apague el cariño y se termine la novedad del “otro”, todo se sostendrá por la fe en Dios y en el “otro”. Sería muy difícil mantener un matrimonio y una familia basada en Cristo sin la auténtica vida de fe. Como dice el Ritual del Matrimonio: “Casarse por la Iglesia… es una auténtica confesión de fe ante la comunidad cristiana reunida, que exige de los novios una madurez en la misma fe” (RM 11, n° 21). La crisis del matrimonio, en realidad, es la crisis existencial del hombre y la mujer. Las instituciones que, en una época, dieron respuestas al “deber ser”, ahora se encuentran en franca retirada. No es que el matrimonio haya perdido valor, sino que demanda valor para vivirlo y sostenerlo en el tiempo. La incertidumbre de creencias y de costumbres pone en duda aquellos ideales que, en otro momento, fueron permanentes. La rebeldía del hombre de hoy no tiene ideales claros, sino espejismos, no sueña con un mundo mejor, sino con abandonar lo permanente, porque resulta demasiado pesado. No es tiempo de “moralinas” o consejos que satisfagan al gusto del consumidor, se trata de entender que la crisis puede ser cimiento de una nueva construcción. Como enuncia el Catecismo: el matrimonio es “un consorcio permanente entre un hombre y una mujer, ordenado al bien de los cónyuges y a la generación y educación de los hijos” (CIC 1055.1096). Esto implica renuncias, entrega, paciencia y madurez. La vida de los padres se realiza en la crianza, cuidado, educación de los hijos y en la unidad matrimonial. La vida profesional corre paralela al cotidiano familiar, pero ni una ni otra pueden ser invadidas, aunque haya momentos donde se puede dedicar más a una que a otra. Es así, la vida matrimonial conlleva renunciar para construir una vida en común. No soporta el mezquino provecho, ni la ganancia individual, sino que prospera en el encuentro y proyecto común. El matrimonio es renuncia y también ganancia: en hijos, alegría, compañía. Es paciencia, pero, además, es recompensa en ternura, cariño, seguridad. El matrimonio es rutina, pero, asimismo, es novedad y crecimiento. La idea de seguir viviendo como soltero, en el matrimonio, está equivocada. No se puede pensar en una vida libre, mientras la familia espera en el hogar. Ese mundo laboral o académico que se dibuja personalmente en detrimento de la vida de pareja y familiar, acelera el fin. Tanto una madre que se dedica demasiado a sus hijos y descuida a su marido, como un esposo absorbido por un oficio o profesión facilitan la destrucción primero de la intimidad conyugal y luego de la familia. El varón es esposo “y” padre, no esposo “o” padre. La mujer es esposa “y” madre, no es madre “o” esposa. Ambos roles y perfiles coexisten, ninguno debe fagocitar al otro. La vida del amor en pareja es una gracia de Dios que quiso que la familia humana se iniciara en un encuentro íntimo y placentero. El Catecismo de la Iglesia Católica entiende que los fines del matrimonio son de orden unitivo (unión íntima sexual, genitalidad, erotismo, amistad conyugal, ayuda mutua, entrega incondicional espiritual, psicológica, afectiva y física) y procreativo (frutos de la unión y del amor estable, son los hijos [CEC 1641 1660 1664 2201. CIC 1055.1096. LG 11.41]). La recreación y la novedad del matrimonio no son responsabilidad de algún factor externo, sino exclusiva responsabilidad de los esposos. Cuando uno de ellos pierde el sentido por lo nuevo, lo recreativo, lo lúdico, los pequeños gestos, las delicadezas cotidianas, entonces, se hace cargo de la muerte lenta o deterioro irreparable.
Si uno de los dos entiende que su propia vida es más importante que el matrimonio, estamos ante una crisis que puede provocar duras consecuencias. El matrimonio es posible, porque ambos abandonan algo propio para ganar mucho en asociación. Dejando de lado feminismos y machismos, el matrimonio es un acuerdo de voluntades, en él se encarnan las aspiraciones más profundas del hombre y la mujer de convivir solidariamente, aunque no se pueden exigir perfiles maternos a los padres y funciones paternas a las madres. Cada cosa en su lugar funciona bien, y estimulado mucho mejor. Con el calor de vida de pareja, se enciende el clima de familia, y los hijos crecen en el ámbito afectivo sano y edificante. El matrimonio cristiano es un sacramento, es decir un signo visible, sensible: dos seres humanos que se aman. Es eficaz: la formación de una familia. La gracia de Dios actúa plenificando la pareja y asistiendo la generación de los hijos. No hay nada más maravilloso que el comienzo de la vida a la luz y calor del amor de pareja. Recrear, renovar y disfrutar de la maravilla del matrimonio es reconocer, en el otro, ese mismo amor de Dios que nos ama.

11/05/2009

evangelio del día 6 de noviembre de 2009

Evangelio según San Lucas 16,1-8.
Decía también a los discípulos: "Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes. Lo llamó y le dijo: '¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto'. El administrador pensó entonces: '¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza. ¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!'. Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: '¿Cuánto debes a mi señor?'. 'Veinte barriles de aceite', le respondió. El administrador le dijo: 'Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez'. Después preguntó a otro: 'Y tú, ¿cuánto debes?'. 'Cuatrocientos quintales de trigo', le respondió. El administrador le dijo: 'Toma tu recibo y anota trescientos'. Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz.

11/04/2009

evangelio del día 5 de noviembre de 2009

Evangelio según San Lucas 15,1-10.
Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: "Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos". Jesús les dijo entonces esta parábola: "Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido". Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse". Y les dijo también: "Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido". Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte"

11/03/2009

evangelio del día 4 de noviembre de 2009

Evangelio según San Lucas 14,25-33.
Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo: "Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo. El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. ¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: 'Este comenzó a edificar y no pudo terminar'. ¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil? Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz. De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

evangelio del día 3 de noviembre de 2009

Evangelio según San Lucas 14,15-24.
Al oír estas palabras, uno de los invitados le dijo: "¡Feliz el que se siente a la mesa en el Reino de Dios!". Jesús le respondió: "Un hombre preparó un gran banquete y convidó a mucha gente. A la hora de cenar, mandó a su sirviente que dijera a los invitados: 'Vengan, todo está preparado'. Pero todos, sin excepción, empezaron a excusarse. El primero le dijo: 'Acabo de comprar un campo y tengo que ir a verlo. Te ruego me disculpes'. El segundo dijo: 'He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos. Te ruego me disculpes'. Y un tercero respondió: 'Acabo de casarme y por esa razón no puedo ir'. A su regreso, el sirviente contó todo esto al dueño de casa, y este, irritado, le dijo: 'Recorre en seguida las plazas y las calles de la ciudad, y trae aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los paralíticos'. Volvió el sirviente y dijo: 'Señor, tus órdenes se han cumplido y aún sobra lugar'. El señor le respondió: 'Ve a los caminos y a lo largo de los cercos, e insiste a la gente para que entre, de manera que se llene mi casa. Porque les aseguro que ninguno de los que antes fueron invitados ha de probar mi cena'".

11/01/2009

evangelio del día 2 de noviembre de 2009

Evangelio según San Mateo 25,31-46.
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver'. Los justos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?'. Y el Rey les responderá: 'Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo'.