3/20/2010

muchas gracias AMIGO ANTONIO

Amigo Antonio el equipo de mantenimiento de esta página te desea muchos exitos en tu nueva casa la Iglesia de San Jorge, y te agradecemos mucho los que nos has enseñado y ten por seguro que seguiremos llevando adelante el mismo espiritu Salesiano que nos has sabido comunicar.
Un abraza en Don Bosco.

ULTIMO MOMENTO

El viernes 19 de marzo hemos tenido la oportunidad de asistir en horas del mediodía junto con un hermoso grupo de vecinos, a una distinción que se le hiciera a la Capilla Virgen Niña de parte de la Municipalidad de Río Gallegos y a través de la Comisión de Protección del Patrimonio Histórico. Se trató del Reconocimiento que la declara de interés arquitectónico e histórico de la Ciudad. El Sr. Intendente, Lic. Héctor A. Roquel, entregó luego de la lectura del origen y desarrollo de la Capilla que le valió esta distinción, una plaqueta en cerámica de la fachada de la Capilla al P..A. Rant junto con un diploma por la colaboración de la Comunidad en este “Rescate 1900”. Nos alegramos y agradecemos..

DESPEDIDA

Con el juramento que prestará este domingo 21 de marzo de 2010 el Pbro. Miguel Ángel Robledo, ustedes, querida Comunidad de San Juan Bosco, tendrán un nuevo Pastor. En comunión con el Padre Obispo Juan Carlos Romanin y los sacerdotes de nuestra Ciudad, el Padre Miguel continuará y hará más fecunda aún la labor de mis Hermanos Salesianos, particularmente con los más jóvenes.
La Parroquia fue fundada y atendida por los Salesianos en estos primeros 27 años de vida. Un “Gracias enorme”, por eso, a todos ellos, particularmente al P. Santiago Herr (hoy con sus 96 años) y el P. Ismael Zabala (80); pero también, a tantos y tantas personas laicas que me acompañaron con esfuerzo y generosidad en estos cuatro años de mi desempeño pastoral entre ustedes.
No puedo dejar de mencionar con mucha gratitud y emoción a los que nos dejaron para ir a la Casa del Padre: a Felisa Gorriti, Rosalía Cárdenas, Fermín Villalobo y Juan Cárdenas entre otros.
Cada cambio de Párroco requiere un informe; sobre todo, cuando ha habido obras o adquisiciones importantes como en estos cuatro años, en los que me ayudaron con plena confianza. Les debo, pues, ese informe.
Pero les debo también pedir perdón por muchos y variados motivos: esa es la ayuda espiritual que me seguirán brindando, sin duda, a partir de ahora, con el perfume del olvido de lo que no debió ser ni haber hecho; y la feliz memoria de lo que nos hizo crecer, cubiertos ambos por la fecundidad de la oración.
P. Antonio Rant sdb

mensaje del Obispo Padre Juan Carlos Romanin, con motivo del cambio de parroco en la Iglesia San Juan Bosco

Río Gallegos, 21 de marzo de 2010
Queridos hermanos todos:
Entramos en la última semana de Cuaresma. Semana de la misericordia, de la obra renovadora de Dios. Semana de nuestro canto gozoso por las grandes obras que cada día El hace en nosotros.
El profeta Isaías comienza diciendo: “No se acuerden de las cosas pasadas, no piensen en las cosas antiguas; yo estoy por hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se dan cuenta?” (Is. 43, 16-21).
A veces queremos que las cosas sean “como antes”, o “como siempre”. Sin embargo, vemos a diario que la vida es dinámica: todo va cambiando. Y en esos cambios, se nos presenta el desafío de encontrar lo que Dios va haciendo y construyendo. Buscamos y elegimos al Dios de la Vida, que nos señala nuevos caminos en nuevos tiempos.
Y para poder encontrarnos con Dios necesitamos de un lugar, de un espacio, de un tiempo, para poder rezar y hablar con El. El Evangelio nos invita a mirar a Jesús, que “fue a monte de los Olivos… y al amanecer, volvió al templo.”
Con el corazón lleno de Dios enfrenta una situación delicada: una mujer que había sido sorprendida en adulterio… Jesús no duda: condena el pecado. Salva al pecador.
Se contraponen dos espíritus y dos actitudes: lo viejo y lo nuevo, la ley y el amor.
Lo ponen a prueba: “debes elegir entre salvar la Ley o salvar al pecador”. Jesús elige al hombre prostituído, al enfermo. Final simple y tierno: la mujer pecadora “se levanta”. Comienza a recorrer el camino de la libertad: libre de la ley y libre del pecado.
Jesús es duro con el pecado, que destruye y esclaviza. El pecado es todo lo que atenta contra nuestra dignidad de hombres, lo que nos impide crecer y madurar, nos avergüenza y humilla (envidias, celos, violencias, injusticias, odios, sobornos…).
Es muy clara la pedagogía de Jesús: no castiga, porque el castigo no libera. Jesús es juez y amigo, que aconseja con firmeza: quiere salvar. En el silencio de la mujer, descubre su dolor y su arrepentimiento, en su humillación y vergüenza, descubre su dignidad perdida. Es suficiente: ese es su castigo.
Jesús la quiere salvar, no tanto de las piedras, sino de sí misma. Jesús se revela con un gran corazón comprensivo. Y es capaz de hacer de la pecadora, una mujer nueva, porque cree en ella, la espera, confía. Esta es la novedad de Dios: “yo estoy por hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se dan cuenta?”
Encontramos también un gran respeto: ni una pregunta indiscreta, nada de curiosidad. No podemos tener en el corazón el deseo de condenar a nadie. Hay que agotar hasta el extremo todos los recursos para salvar y ayudar al que está caído. El juicio, en el Evangelio, siempre termina con un hombre que se levanta, que se pone de pie, que comienza a caminar.
Estamos por terminar la cuaresma. Estamos caminando los cuarenta días del desierto de nuestro mundo interior para poder encontrarnos con Jesús. Y para encontrarlo, necesitamos despojarnos de nuestro “todo”, de nuestros esquemas, de nuestra manera de pensar, de nuestro estilo de vivir. Es morir, para poder resucitar.
La Palabra de Dios del día de hoy nos ayuda también a ver mejor el rito de la toma de posesión del nuevo párroco. Nos ayuda a mirar nuestra “casa”, donde hemos nacido a la fe, donde crecemos y hacia donde tenemos que volver cada vez que nos alejamos por nuestros errores y pecados.
Los obispos reunidos en Aparecida nos describen así la parroquia:
Ellas son células vivas de la Iglesia, convocada y reunida por iniciativa del Espíritu Santo y el lugar privilegiado en el que la mayoría de los fieles tienen una experiencia concreta y viva de Dios y de comunión eclesial. (“nuestra tierra prometida”)
Por eso, están llamadas a ser casas y escuelas de comunión, ya que responde y se ajusta al modelo de Iglesia que surge del Concilio Vaticano II y de los Documentos de la Iglesia de Latinoamérica.
Para esto, la renovación de la parroquia exige actitudes nuevas en los párrocos y en los sacerdotes que están al servicio de ella. La
primera exigencia es que el párroco sea un auténtico discípulo de Jesucristo, porque sólo un sacerdote enamorado del Señor puede renovar una parroquia.
Y, al mismo tiempo, debe ser un ardoroso misionero que vive el constante anhelo de buscar a los alejados, a los que se perdieron, se alejaron, a los nuevos que van llegando.
Fiel al espíritu del Evangelio que la renueva constantemente, la parroquia debe reformular estructuras, para que sea una red de comunidades y grupos, de “puertas abiertas” para todos, donde nadie quede afuera, donde todos tengan un lugar. La parroquia es centro de coordinación y de animación de comunidades, de grupos y de movimientos especialmente juveniles. Valoriza las asociaciones tradicionales y acepta y apoya las nuevas formas de experiencia de fe comunitarias.
Por eso, una parroquia renovada multiplica las personas que prestan servicios y acrecienta los diversos ministerios y responsabilidades, especialmente ante los nuevos y cambiantes desafíos (muchas veces a “problemas nuevos, les estamos dando respuestas viejas”). La parroquia se enriquece con dones diferentes y complementarios.
La parroquia requiere organismos que superen cualquier clase de burocracia (Copapa, Cae, etc). Todos los organismos de vida nueva, animados por una espiritualidad de comunión misionera, en la que la parroquia es centro de comunión y participación.
Todos los miembros de la comunidad parroquial son responsables de la evangelización de los hombres y mujeres en cada ambiente.
Agradezco sinceramente a esta comunidad todo lo que han hecho en estos años con el P. Antonio Rant, que, en un gesto de edificante disponibilidad y suma generosidad, ha aceptado asumir el servicio de animar la nueva y naciente comunidad de San Jorge, sumándola a la grande responsabilidad de Vicario General de la Diócesis. A ti, P. Antonio, un gracias sincero y fraterno. Sólo en el cielo sabrás lo mucho que significa tu persona en nuestra Iglesia diocesana y en la vida de este Obispo.
A tí, Padre Miguel Ángel, ¡gracias por haber aceptado con disponibilidad este servicio! Te toca continuar con esta misión tan delicada de acompañar al Pueblo de Dios que peregrina en el territorio de esta comunidad parroquial. Nuestro afecto y nuestra oración te acompañan siempre.Nuestra Madre, María Auxiliadora y San Juan Bosco, nos regalen a todos, días felices e intensos, llenos de la presencia siempre nueva del Dios de la Vida, que, en este permanente peregrinar hacia la casa del Padre, siempre nos está esperando siempre con su abrazo de misericordia.
Que así sea.
+ Juan Carlos, Padre Obispo de Río Gallegos

evangelio del día 19 de marzo de 2010

Evangelio según San Mateo 1,16.18-21.24.Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados". Al despertar, José hizo lo que el Angel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.

evangelio del día 18 de marzo de 2010

Evangelio según San Juan 5,31-47.Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no valdría. Pero hay otro que da testimonio de mí, y yo sé que ese testimonio es verdadero. Ustedes mismos mandaron preguntar a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para la salvación de ustedes. Juan era la lámpara que arde y resplandece, y ustedes han querido gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: son las obras que el Padre me encargó llevar a cabo. Estas obras que yo realizo atestiguan que mi Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Ustedes nunca han escuchado su voz ni han visto su rostro, y su palabra no permanece en ustedes, porque no creen al que él envió. Ustedes examinan las Escrituras, porque en ellas piensan encontrar Vida eterna: ellas dan testimonio de mí, y sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener Vida. Mi gloria no viene de los hombres. Además, yo los conozco: el amor de Dios no está en ustedes. He venido en nombre de mi Padre y ustedes no me reciben, pero si otro viene en su propio nombre, a ese sí lo van a recibir. ¿Cómo es posible que crean, ustedes que se glorifican unos a otros y no se preocupan por la gloria que sólo viene de Dios? No piensen que soy yo el que los acusaré ante el Padre; el que los acusará será Moisés, en el que ustedes han puesto su esperanza. Si creyeran en Moisés, también creerían en mí, porque él ha escrito acerca de mí. Pero si no creen lo que él ha escrito, ¿cómo creerán lo que yo les digo?".

3/15/2010

evangelio del día 17 de marzo de 2010

Evangelio según San Juan 5,17-30.El les respondió: "Mi Padre trabaja siempre, y yo también trabajo". Pero para los judíos esta era una razón más para matarlo, porque no sólo violaba el sábado, sino que se hacía igual a Dios, llamándolo su propio Padre. Entonces Jesús tomó la palabra diciendo: "Les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por sí mismo sino solamente lo que ve hacer al Padre; lo que hace el Padre, lo hace igualmente el Hijo. Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace. Y le mostrará obras más grandes aún, para que ustedes queden maravillados. Así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, del mismo modo el Hijo da vida al que él quiere. Porque el Padre no juzga a nadie: él ha puesto todo juicio en manos de su Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió. Les aseguro que el que escucha mi palabra y cree en aquel que me ha enviado, tiene Vida eterna y no está sometido al juicio, sino que ya ha pasado de la muerte a la Vida. Les aseguro que la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan, vivirán. Así como el Padre dispone de la Vida, del mismo modo ha concedido a su Hijo disponer de ella, y le dio autoridad para juzgar porque él es el Hijo del hombre. No se asombren: se acerca la hora en que todos los que están en las tumbas oirán su voz y saldrán de ellas: los que hayan hecho el bien, resucitarán para la Vida; los que hayan hecho el mal, resucitarán para el juicio. Nada puedo hacer por mí mismo. Yo juzgo de acuerdo con lo que oigo, y mi juicio es justo, porque lo que yo busco no es hacer mi voluntad, sino la de aquel que me envió.

evangelio de dia 16 de marzo de 2010

Evangelio según San Juan 5,1-16.Después de esto, se celebraba una fiesta de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Junto a la puerta de las Ovejas, en Jerusalén, hay una piscina llamada en hebreo Betsata, que tiene cinco pórticos. Bajo estos pórticos yacía una multitud de enfermos, ciegos, paralíticos y lisiados, que esperaban la agitación del agua. . Había allí un hombre que estaba enfermo desde hacía treinta y ocho años. Al verlo tendido, y sabiendo que hacía tanto tiempo que estaba así, Jesús le preguntó: "¿Quieres curarte?". El respondió: "Señor, no tengo a nadie que me sumerja en la piscina cuando el agua comienza a agitarse; mientras yo voy, otro desciende antes". Jesús le dijo: "Levántate, toma tu camilla y camina". En seguida el hombre se curó, tomó su camilla y empezó a caminar. Era un sábado, y los judíos dijeron entonces al que acababa de ser curado: "Es sábado. No te está permitido llevar tu camilla". El les respondió: "El que me curó me dijo: 'Toma tu camilla y camina'". Ellos le preguntaron: "¿Quién es ese hombre que te dijo: 'Toma tu camilla y camina?'". Pero el enfermo lo ignoraba, porque Jesús había desaparecido entre la multitud que estaba allí. Después, Jesús lo encontró en el Templo y le dijo: "Has sido curado; no vuelvas a pecar, de lo contrario te ocurrirán peores cosas todavía". El hombre fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado. Ellos atacaban a Jesús, porque hacía esas cosas en sábado.